Lo que nadie nos dice.

Es curioso…

Es curioso que la única misión a nivel espiritual que tenemos en esta vida sea despertar y ni siquiera nos nombren esta dimensión.

Ahora seria incapaz de vivir sin un espacio que me ancle a la verdad, ese sitio que solo yo puedo acceder y me da fortaleza y valentía en todo momento.

No soy ningún gurú, no me considero ni mejor ni peor que nadie, simplemente ahora se como funciono, como funciona mi cuerpo, mi mente, mis emociones… y puedo volver a mi centro siempre que vea que me estoy alejando demasiado.

Pero no siempre he vivido así. Desde que era pequeño he sido un niño muy inquieto, revoltoso, intenso y curioso. Desde muy pequeño mi energía ya rebosaba allí donde fuera. Pero a medida que me hacia mayor y me enfrentaba al mundo de los adultos, todo esto jugo en mi contra. Me metía en líos, coqueteaba con las drogas y más tarde me volví adicto a prácticamente todo, compras, tecnología, comida… Empecé a actuar desde el miedo y el miedo era el que guiaba mi vida. Querer encajar en el grupo, el miedo a ser discriminado, el miedo a no tener seguridad… No se si os suena, pero ahora echo la vista atrás y veo mi falta de auto estima y de integridad, se me hace tan evidente.

No cambio ni una coma de mi vida porque eso me ha llevado a ser la persona que soy ahora, pero también os digo que los mejores momentos de mi vida han sido cuando he observado mis pensamientos, mis emociones y mi piloto automático. Esto me ha desvelado en que soy bueno, por donde suelo romper cuando estoy mal, ir mas allá de los síntomas y poder sacarme todo mi potencial, pero sobre todo me ha hecho estar mas en paz y vivir una vida más serena y es por eso que merece la pena echar la vista dentro y empezar a eliminar toda la basura, a limpiar nuestro mundo interior, para que luego sane nuestro mundo exterior.

Sigo pensando que es curioso que la única misión espiritual en este paso por aquí sea despertar, y la gran mayoría pase por aquí sin prestarle una pizca de atención, parece que hemos olvidado aquello que de niños era tan evidente.

Samuel Gavilán

Scroll al inicio